lunes, 26 de mayo de 2008

ENTREVISiTA Santiago Cirugeda - Recetas Urbanas (Capítulo 3)

Tercer capítulo de la Entrevisita a Santiago Cirugeda/Recetas Urbanas, donde hablamos de tecnologías (las nuevas y las viejas), de estrategias docentes y de la práctica profesional de los arquitectos...

S: Una cosa es utilizar una herramienta como el puto móvil, que es lo que utilizo yo, o Internet, utilizarlo como vía de comunicación y otra que sea el sustento y la base de tu trabajo, no tiene nada que ver.
Hay gente que viene a las conferencias y es ahí donde los conozco, pero finalmente el trabajo real, donde está la dedicación, es la calle, no es el soporte, esto lo tenemos todos (señalando el móvil), el alternativo y el pijo, y luchamos para trabajar, para follar, o para robar, o para convocar por messenger una manifestación en 5 horas, de puta madre que esto convoca manifestaciones en 5 horas, o botellones, que también están bien, pero que no es mi fin último en este caso.

C: O sea, para ti las nuevas tecnologías son una especie de mediadores, pero lo realmente interesante, los espacios de producción están en otro lado ¿no?

S: Totalmente.

C: En lo físico, en la calle...

S: Yo lo veo así de claro, porque lo otro, salvo una vía de información, no me aporta nada más, como experiencia personal.



C: Vale, eso las nuevas tecnologías, ¿y las viejas tecnologías? Como tornillos, el hormigón…

S: Es que no son viejas. Es que los edificios que se están haciendo ahora mismo llevan tornillos.

C: Sí, pero es como para diferenciarlas, tecnologías que trabajan con información y tecnologías que trabajan con cosas más materiales.

S: Lo que es inevitable es la materialidad que tenemos asociada. Es una cosa que no nos vamos a poder quitar nunca.
Hemos tenido otras civilizaciones sin esa tecnología y han funcionado como tal. Las nuevas tecnologías nos están dando una capacidad, una prótesis, más rápido, más eficiente, más todo; pero ¿de qué manera está afectando a la vida en la calle? En que estamos conectados al móvil en la calle y nos pegamos piñas con el coche… [suena su móvil otra vez]

C: Hombre, por ejemplo tiene que ver con la cantidad de transmisión de información, es decir, el que tú tengas la capacidad de ir a México, no ya de que te hayan conocido vía Internet sino que a lo mejor ese intercambio de información hace que sea más fácil volar, volar físicamente. La forma de trabajar a través de las páginas web ha hecho por ejemplo que existan compañías aéreas de bajo coste, hay compañías que funcionan gracias a que existe un sistema virtual, y tienen una materialidad real…
Hay maneras de verlo, por ejemplo hay grupos de arquitectos o arquitectos que con herramientas digitales han conseguido formas que de otra manera no las habrían conseguido, o sea que se ha experimentado con formas que sólo han sido susceptibles de ser diseñadas por herramientas digitales. Y me estoy refiriendo a gente como Herzog y Meuron.

S: Pero Herzog y Meuron no han cambiado nada las condiciones en las que se desarrolla la arquitectura, el ejercicio profesional, que es lo que a mí me inquieta.
Lo que yo planteo muchas veces, es lo que decimos, vamos a hacer otro tipo de situaciones, por ejemplo de desarrollo profesional, ¡me da igual que sea más sofisticado o menos sofisticado¡, el tornillo de última generación o el cristal soplado que sale porque hay una nueva máquina… eso no es sustancial para cambiar algo a nivel social.

C: Entonces, volviendo a los espacios de producción que te interesan, ¿dónde los sitúas?, ¿en las universidades, en la calle,…?

S: Hay universidades, escuelas en las que puede haber una masa. Es la gente la que puede cambiar las cosas, ya sea con palos o sea con móviles. Cualquieracto social politizado cambia porque la gente decide que cambie, eso es lo que a mí lo que me interesa. Decimos que Internet puede movilizar a las personas, yo digo que moviliza a un grupo de gente ¿por qué? porque ni mi madre mira Internet, ni mi tía tiene Internet, ni muchísima gente tiene acceso a Internet, no tiene acceso, sigue sin tenerlo, por mucho que digamos que todos tenemos móvil y portátiles, una mentira absoluta; entonces yo lo que sí sé es que por la calle pasa todo el mundo. Y si me voy a una calle de ricos, sé quienes están ahí, los putos ricos y si me voy a una calle de pobres… En la calle le llega a todo el mundo, y un periódico o un programa de televisión que es masivo le llega a más gente que la mejor red sofisticada de hackers del mundo.

C: Imagínate por ejemplo un programa que en vez de descargarte música, imagínate que ese rollo de Recetas Urbanas te lo puedes descargar en tu ordenador, los patrones, y tengas una maquinita que corte los patrones, de muebles, de una ampliación de tu casa, de un balcón, te lo bajas y te lo acoplas.

S: Luego ocurrirá… Eso es técnica. El problema es que sí que existe esa facilidad para bajarte el patrón, por ejemplo coger una cuba, alquilarla y ponerla en la calle, pero no se hace, el problema luego es el redaño de hacerlo en la puta calle. Sigue siendo un flujo de información. Nosotros tenemos mobiliario colgado ilegal, que el quiere lo consulta y se lo lleva, a mí me importa un carajo, y viene cómo hacer las cosas, haz esto, haz esto, haz esto, hazlo tú si quieres, no hace falta más. Que no sabes cómo se hace esto técnicamente, pues te lo digo.



C: Bueno, vamos a pasar de pregunta. Queríamos saber si se te ocurría una estructura docente que tu pensaras que pudiera funcionar, que fuese factible…

S: Hombre, yo lo que haría sería directamente, de hecho lo planteé una vez y me dijeron que eso no funcionaba como docente, un programa docente en el cual tenga la libertad de meter y sacar gente.
¿Estructura docente? Pues una que acerque mucho más el día a día del estudiante a la calle, yo iría a más obras, que no se va. O sea es acercar la educación a una práctica mucho más real. Si tuviese que trabajar para una universidad, sacaría a la gente de las aulas, sacando a la gente a ver lo que ocurre en otros sitios, continuamente, y darles otra formas, es decir, que es posible, es posible teóricamente; yo lo planteé una vez en Barcelona y me dijeron que no, porque luego… Es como el arte, tú no puedes plantear en el arte cosas muy muy radicales porque te sacan a palos.

C: Pero es que hay muchos problemas administrativos también, a la hora por ejemplo de realizar prácticas fuera de las aulas, ya no es sólo falta de deseo sino un problema estructural.

S: En obras de arte ocurre, en muchas obras de arte el que va a entrar firma un papel que si ocurre algo dentro es responsabilidad suya, o vas a un programa de televisión y dices que lo que ocurra aquí es cosa tuya…

C: Claro, sería orientar la cosa como más en plan voluntario, no obligatorio, con responsabilidad propia…

S: Más voluntarioso claro, que vaya quien quiera. O sea que vamos a lo mismo, la educación depende también del alumnado que se tenga, de la vocación de investigar o de moverse que tengan.

C: La actitud normalmente es tratar a los estudiantes como alumnos-niños, una actitud muy paternalista, la universidad decide qué es lo que se tiene que aprender y cómo…

S: Hay escuelas que se plantean más las temáticas planteadas por los alumnos, Alicante tiene esa vocación de que en el programa docente participen los alumnos, también tiene por ejemplo la mezcla de edades, hay un grupo de investigación que tiene gente de todos los años, el mezclar distintos rangos de edad está bien. O sea hay sistemas educativos que funcionan o, no sistemas, sino pequeñas estrategias.
Lo que pasó con los de Trincheras. Hablamos con el director de arquitectura, nos dijo que no, y luego los lleva a ver una obra con un casco blanco, diciendo: yo soy el arquitecto, yo soy el que mira y tú el que trabaja, es una posición muy distinta. Pero vamos que se puede hacer algo en la educación, seguro. Yo por ahora no me vinculo a ninguna universidad, ni quiero.

C: Decía esta mañana Osfa (José Pérez de Lama) que tú eres como una universidad ambulante, como el hombre orquesta de la universidad.


S: Claro, es como el arte, o este es un docente, o este es artista o este trabaja dentro del arte, pero tiene todos sus problemas administrativos de celos o de peleas con los putos profesores o no estoy en la universidad pero hacemos talleres de movida legal, hacemos talleres de activismo, hacemos talleres ilegales, conferencias, ¿es docencia? ¿es arte? Pero bueno, que no estoy en ningún marco oficial educativo.

C: Aquí va otra pregunta: ¿piensas que los concursos de arquitectura, reflejan las controversias y preocupaciones de la ciudad? Sobre la práctica profesional del arquitecto (concursos, etc.): ¿estamos mirando para un lado, cuando realmente están ocurriendo las cosas por otro lado?

S: Si sabéis la respuesta, cabrones! [risas].
Sí, es obvio, si no mirar la cantidad de concursos que se hacen y la de revistas que se llenan de concursos. Marcan lo mismo, los concursos marcan…, tú con un concurso perteneces a un planteamiento que han marcado otros, a unas condiciones muy marcadas, claro, es una pena. Y yo creo que los concursos… hay gente que se ha hecho famosa ganando cosas por concurso, construyendo cosas por concurso, y otra que dicen que no, que hay que replantearlo, porque empiezan a perder concursos o se empiezan a poner nerviosos porque se los dan a otros.
Yo soy un estudio pequeño, y yo no hago concursos por ejemplo. También hay veces que te manipulan en los concursos, te putean, te exigen.
No, también porque parece que es la única vía de desarrollo, o sea el estudiante acaba y el que quiera hacer arquitectura buena hace concursos, y bueno, es que hay otras vías, hay vías de involucrarse en lo que ocurre en tu ciudad, de intentar ser interlocutor con la administración, y plantearle cosas desde tu concepto y no desde un concepto que marca un concurso.

C: Quizá exista también el poder político de los concursos como vía de control de la intervención, de la participación de los arquitectos, es decir, se plantea el concurso, es la forma de abrir las puertas a la intervención pública, es como, bueno sí, esto es público, por tanto vamos a hacer un concurso, y entonces los arquitectos participan, y gana uno y entonces los demás que han perdido el concurso no tienen nada más que decir del asunto. Parece como que se controla lo que la gente pueda pensar y proyectar en la ciudad.